Ninguna piel es igual a otra y por tanto sus cuidados tampoco deberían serlo. En Depidel te damos las claves para aprender a reconocer tu tipo de piel y así cuidarla como se merece.
No hay una piel igual a otra
¿Alguna vez te ha ocurrido que algún conocido te recomiende un producto para el cuidado de la piel que le va genial, pero a ti no te funciona tan bien? ¡Es más habitual de lo que crees! Esto ocurre porque ninguna piel es igual a otra, y lo que funciona para una persona puede no ir igual de bien para otra.
Aunque todas las pieles sean diferentes a nivel individual, sí que existe una categorización básica que nos proporciona información sobre el tipo de cuidados más adecuados para nuestra dermis. Aun así, debemos tener en cuenta que la piel es un órgano vivo y por lo tanto sufre cambios debido al clima, los hábitos de salud, el paso del tiempo… por lo que debemos ajustar sus cuidados según la etapa en la que nos encontremos en cada momento.
Los tipos de piel más comunes
Piel normal
Es el tipo de piel más equilibrada, ni muy grasa ni muy seca. Se caracteriza por tener los poros pequeños, pocos granos y no irritarse ni enrojecerse con facilidad.
Las pieles normales aceptan muy bien la mayoría de principios activos, por lo que no les resulta difícil encontrar productos de belleza adecuados para su cuidado.
Piel grasa
La sensación grasa a lo largo del día, los poros grandes y la presencia de imperfecciones son los signos más características de las pieles grasas.
Cuando ese exceso de grasa se mezcla con la suciedad se produce la aparición de granos, por eso es fundamental utilizar productos antibacterianos. Eso sí, nunca se debe de caer en el error de realizar limpiezas excesivas, ya que eso solo hará que la piel produzca todavía más grasa.
Piel mixta
Si tienes la piel grasa en la zona T (frente, nariz y barbilla), pero el resto de la cara la sientes normal (o incluso un poco seca o descamada) tienes lo que se conoce como piel mixta. En este tipo de piel son muy comunes los puntos negros y los brotes puntuales de acné.
Una rutina de limpieza suave y productos hidratantes ligeros serán los mejores aliados para mantener saludable a este tipo de piel.
Piel seca
Las pieles secas retienen menos humedad y segregan menos grasa, por lo que se sienten más ásperas, tensas, descamadas y apagadas. Para suplir esa carencia, lo mejor es utilizar cremas y aceites con extra de hidratación.
Piel sensible
Las rojeces e irritaciones son muy comunes en las pieles sensibles, ya que son más delicadas y reaccionan con extrema facilidad a factores externos o determinados ingredientes de las cremas. Para evitar estos problemas hay que evitar usar productos muy agresivos, con alcoholes y fragancias, y optar por otros más suaves y dermatológicamente testados.
Tengas el tipo de piel que tengas, en Depidel disponemos de tratamientos específicos que te ayudarán a que esta se vea más saludable que nunca. Además, en nuestros centros también puedes encontrar la mejor selección de cosmética de las prestigiosas marcas Guinot, Evolugie o Arôms Natur, para que puedas cuidar tu piel como se merece.